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  • Foto del escritorsebastián

La Casa Pachacamac

Actualizado: 15 ene 2021

Nuestra 'primera gran' obra.


Reunión

Por respeto a la privacidad de los dueños de esta casa, usaremos pseudónimos y a partir de ahora los llamaremos Joaquín y Jimena. A ellos tuvimos la suerte de conocerlos en verano, antes de la pandemia y a través de Andrés, su constructor. Nos encontramos en su antigua casa de Surco -la misma que vendieron para construir esta- y nos fuimos todos al sur de Lima. Como todos sabemos, esta es una ciudad asentada en un desierto magníficamente irrigado por canales prehispánicos y quizás Pachacamac sea un buen ejemplo de ello: un terreno plano, árido, un cerro de tierra y piedra y cerca a un arroyo, grandes árboles.


Al llegar allá Joaquín nos dio un fajo de hojas bond impresas llenas de imágenes referenciales de lo que esperaban, con las que soñaban; revisamos el listado de ambientes juntos y finalmente Jimena sentenció: la quiero toda blanca y de concreto, nada de madera.


Concepto

No pienso que la casa sea una obra maestra. De hecho la considero mi ‘primera’ obra. Pero desde que llegué al terreno, ya sabía que tenía que hacer. Una imagen muy clara vino a mi mente. No quiero pretender sonar místico, es muy simple: algo me dijo cómo tendría que ser. Alguien me dio una idea y al principio no supe de dónde venía. La idea era muy elemental: un ritmo de columnetas. Una especie de celosía vertical sobre escalada. Parecía un capricho pero no lo era; respondía a un fin práctico -darle privacidad a toda una fachada de la casa de carácter privado- que los clientes y usuarios finales del proyecto supieron comprender y degustar. Y por lo tanto, tampoco fue una imposición. Pero a lo que iba. La idea pareció venir de la nada, pero en realidad vino de mi celular; más específicamente de mi protector de pantalla. Una foto que tomé unas semanas antes en un viaje a Miami; era la fachada de una tienda de una marca de ropa súper conocida. Me encantó su simpleza y la forma en que la naturaleza se colaba entre las columnetas y rompía la monotonía y contrastaba con la artificialidad de las líneas blancas y verticales. Ya sé lo que están pensando: me copié. Pues no. No conscientemente al menos, porque no me di cuenta de eso sino varios días después de haber concebido el diseño de la casa. Pero tengo ganas de decir que tampoco habría sido un crimen copiarse, la copia es la base de la creatividad. De hecho crear, de la nada, es imposible. La originalidad nada tiene que ver con algo nuevo, sino mas bien con el origen de las cosas. Nosotros creamos siempre a partir de algo; de un material, de un contexto, de una referencia o simplemente a partir de nuestro bagaje cultural. Solo para redondear la anécdota, unas semanas después de haber proyectado esta idea en nuestra casa, la vimos ejecutada de distintas maneras en otras dos obras de dos excelentes arquitectos latinoamericanos. Osea, la idea no es mía en el sentido de propiedad, yo ‘la robé’ de otro diseñador y la hice mía en el sentido de que ayudó a resolver mi propia problemática. La adapté y fui feliz, hice feliz a nuestros clientes y punto final se acabó.



Obra

Ahora mismo, mientras escribo y tú lees esto, la casa Pachacamac está en construcción.



#arquitectura #diseño #lima #campo #desierto #blanco #concreto

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